29 de maio de 2011

Essa vai para o Rodolfo

"La casa llenó de cuantas bailarinas de cuerda, cajas de música y relojes mecánicos se habían visto en las ferias de Europa. El marqués desempolvó la tiorba italiana. La encordó, la afinó con una perseverancia que sólo podía entenderse por el amor, y volvió a acompañarse las canciones de antaño cantadas con la buena voz y el mal oído que ni los años ni los turbios recuerdos habían cambiado. Ella le preguntó por esos días si era verdad, como decían las canciones, que el amor lo podía todo.
'Es verdad', le contestó él, 'pero harás bien en no creerlo'."

G. G. Márquez, Del amor y otros demonios

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